sábado, 10 de noviembre de 2012

La fibra submarina




El primer cable telegráfico submarino internacional fue instalado en Europa en 1850 uniendo Inglaterra y Francia, mientras que el primer cable telefónico trasatlántico fue instalado en el año 1956 y era capaz de transmitir 36 canales telefónicos analógicos simultáneos.
Después de 30 años de cables submarinos coaxiales, los años 80 trajeron dos cambios radicales, la transmisión digital y la fibra óptica lo que permitió transmitir digitalmente sobre un medio de gran ancho de banda, con alta calidad y confiabilidad.
Los años 90 trajeron dos nuevos avances para los enlaces submarinos de fibra óptica, el amplificador óptico y la multiplexión en longitud de onda densa (DWDM) que permiten amplificar la luz y enviar por una misma fibra óptica varias señales de alta velocidad en diferentes “colores” (longitudes de onda) de la luz en forma simultánea.
La amplificación óptica y el adecuado manejo de los efectos degradantes de la fibra óptica que deformaban los pulsos de información permitieron eliminar la necesidad de regeneradores electrónicos, mejorando la confiabilidad y permitiendo cambios en las velocidades de transmisión sin cambiar las características de los repetidores submarinos que son de alto costo.
La introducción de las nuevas tecnologías hizo abaratar los costos de una forma dramática, interesando a cada vez más actores a participar en nuevos proyectos, ya que a mediados de los noventa el retorno de la inversión era muy rápido. Es así que se verificó la disminución del costo del circuito de voz por año desde US$ 40.000. en el TAT-1 en 1956, a US$ 20. en el TAT-12 en 1995.
Estos últimos avances permitieron hacer crecer la capacidad ofrecida en forma explosiva, satisfaciendo con creces el extraordinario aumento de la transmisión de datos debido al advenimiento de la Internet e introduciendo una positiva sinergia entre oferta y demanda. Por ejemplo, la capacidad ofrecida entre los años 1988 a 1998 se multiplicó por 64.
En la actualidad, existen instalados en el mundo un millón de kilómetros de cable submarino, bastante para rodear el globo 30 veces, formando una red de enlaces de fibra óptica que llevan grandes volúmenes de tráfico entre los continentes.
Se ha demostrado la factibilidad real de sistemas transoceánicos que operan a 10 Gbit/s con 32 longitudes de onda, lo que significa una capacidad de 320 Gbit/s por fibra, suficiente para transmitir más de 15 millones de circuitos de voz simultáneos en un cable submarino típico de cuatro pares de fibras ópticas.
La explosión del mercado internacional de las redes de cable submarino se produjo en la década de 1990 a 2000, e incluyeron una gran actividad a través del Océano Pacífico. Las razones que provocaron la tremenda y urgente necesidad del aumento en la conectividad transpacífica provino del tráfico de Internet que creció a tasas del 100% en esos años, mucho más del 10% anual de crecimiento telefónico. Se agregó a esto el aumento del tráfico anual de las intranets debido a la globalización de los negocios, que incluye video conferencia, transmisión de datos en tiempo real y aplicaciones multimediales (imágenes de video, imágenes gráficas en colores y sonido de alta fidelidad).
Un ejemplo del volumen del negocio lo representa el proyecto China-USA de 950 millones de dólares que consiste de un anillo auto-protegido de 30.000 Km. y que une China, Japón y Korea con USA contando con 9 puntos en tierra y una derivación a Uam y que puede llegar a una capacidad global en torno a 1,5 Terabits/s. (1.500.000.000.000 de símbolos binarios por segundo).
El excesivo optimismo sobre el crecimiento de Internet y la integración de muchos nuevos actores en los proyectos llevó inexorablemente a que el mercado de los sistemas de fibra óptica submarina se comenzara a contraer bruscamente después de varios años de excesiva inversión (28 billones de dólares hasta el año 2002 a nivel mundial) dejando como inversiones factibles en el corto plazo principalmente los up-grades de los sistemas ya instalados.

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